Es por éso que recurrimos a élla en cuanto nos sea propicio o cuando debemos corregir un atajo pedregoso. Según lo vivido, sabremos empuñar el timón con la sabiduría de un viejo lobo de mar.
Y si se trata de amor, pronto acudirá el gusto de un beso acertado que,tampoco, nos dirá qué nombre contiene el secreto del amor entero. Pero, es bueno dormir con la nostalgia a mano y consultarla, al menos, en una canción.
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