viernes, 22 de febrero de 2013

Las cosas nuestras de cada dia.

  Una Vespa Sprint 1960. Toda una joyita para ésa época. Y aunque dista mucho de la potencia que desarrollan las motos actuales (¡No se para qué carajo necesitan tanta potencia si al final terminan ocasionando una desgracia!) mostraba líneas elegantes y delicadas que la catalogaban como un vehículo de categoría. Recuerdo muy bien que, en ése tiempo, se podía ver a señores trajeados portando su maletín de ejecutivo montado en una Vespa. No creo que se pueda dar la misma situación en una moto moderna. Se podría decir que éra un vehículo que otorgaba cierto "status".


  Una antigua radio de los años ´60 y un combinado de aquéllos años nos muestran una pequeña panorámica
de un cacho de vida de todos los dias. La radio, una compañera de todo momento que se valoraba en toda su dimensión ya que no había la profusión de emisoras que observamos en la actualidad. Y el combinado, un invitado de lujo para aquéllos momentos "especiales". Llámese reunión de familia o de amigos, aniversarios varios o simplemente una hora de atractiva intimidad conyugal. Las melodías que emanaban de los discos de vinilo de aquélla época quedaban impregnadas en nuestros oídos. Tal vez por que no existían tantos intérpretes o tan grande cantidad de temas dando vueltas es que,pienso, se guardaban con mas detalles las canciones. En la actualidad, en un par de meses, la canción ya es "vieja" dándole lugar a un tema mas "de onda". (Dirían mis hijos "Ya estás viejo, Pa.")
  Los artefactos de entonces éran considerados verdaderos muebles por lo que se les dispensaba un cuidado especial que sumado a la solidez de los materiales que se utilizaban convertían a éstos en "eternos". Actualmente se ven artefactos de éstos en muy buenas condiciones.

  Un televisor de épocas pasadas y un viejo cassette ponen en evidencia el adelanto asombroso de la tecnología en ésa materia. El audio y el video se han superado en desarrollo de manera asombrosa. La era digital avanzó acelerádamente modificando las estructuras existentes hasta el momento. Y no parece evidenciarse un techo en éstas cuestiones. ¡A modernizarse, entonces!

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