La referencia obligada a una mujer de la noche. La que llenaba nuestra pieza por unas horas pero nos dejaba el alma colmada de una dicha que necesitábamos para comenzar a ser partícipes del amor. ¿Tenía que ser así? Todo un diálogo de caricias y besos prohibidos y la promesa de un regreso que tal vez nunca se concretaba pero que dejaba la puerta abierta para una nueva aventura. Pero con otro nombre y con otra piel.
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